Carta de Belgrano, del 3 de marzo de 1817, a Güemes (Parte I) |
- José de San Martín sobre los Gauchos de Güemes, en una Carta del 23 de marzo de 1814 a Gervasio Posadas
Carta de Belgrano, del 3 de marzo de 1817, a Güemes (Parte II) |
- Martín Miguel de Güemes a Manuel Belgrano
"Su plan es de no dar ni recibir batalla decisiva en parte alguna, y sí de hostilizarnos en nuestras posiciones y movimientos. Observo que, en su conformidad, son inundados estos interminables bosques con partidas de gauchos apoyadas todas ellas con trescientos fusileros que al abrigo de la continuada e impenetrable espesura, y a beneficio de ser muy prácticos y de estar bien montados, se atreven con frecuencia a llegar hasta los arrabales de Salta y a tirotear nuestros cuerpos por respetables que sean, a arrebatar de improviso cualquier individuo que tiene la imprudencia de alejarse una cuadra de la plaza o del campamento, y burlan, ocultos en la mañana, las salidas nuestras, ponen en peligro mi comunicación con Salta a pesar de dos partidas que tengo apostadas en el intermedio; en una palabra, experimento que nos hacen casi con impunidad una guerra lenta pero fatigosa y perjudicial".
- Pezuela (jefe realista) al virrey del Perú, sobre la resistencia del ejército gaucho de Güemes
Carta de Belgrano, del 20 de abril de 1817, a Güemes |
- Güemes a Belgrano
“Su caballo siempre fiero y terrible marchaba resoplando, como si solo contuviera la furia de sus bríos por la presión soberana del brazo que lo dirigía, y era tal en efecto la destreza con que primaba entre los gauchos, que ninguno lo superaba cuando era preciso domar un potro o desbarrancarse por un cerro escarpado, atravesando a la carrera los bosques y matorrales de sus declives. Las formas de su persona eran adaptadas a esa afinidad de los ejercicios habituales de su vida. Era alto y delgado, fuerte y flexible. Así es que esos movimientos siempre vivos y agraciados dentaban en él una inteligencia activa y perspicaz. Tenía el cabello largo. La cabeza inclinada sobre el hombro, la espalda con esa curvatura delicada y elegante que el hábito del caballo que impone a la bella figura de nuestros gauchos. Los rasgos de su fisonomía eran rectilíneos pero no abultados, la barba saliente y filosa a estilo de la que han divulgado los bustos de Napoleón y de César. Tenía ojos sudamericanos: claros y chispeantes, como de una mirada cauta y astuta, casi siempre blandos como si los manejase con la intención de persuadir o de atraerse simpatías, pero graves y fuertes en los momentos de excitación. Todo esto daba a su fisonomía una rápida movilidad en la expresión como ya fuese que hablara con las damas (a las que era naturalmente inclinado). Ya que diese órdenes a sus soldados, que retozase a caballo con los gauchos, abusando de su destreza para que lo admirasen y temiesen”.
- Descripción dada por el historiador Vicente Fidel Lopez
“Gauchos eran hombres del campo, bien montados, todos de
machete y rifle de los que se servían alternativamente sobre sus caballos con
sorprendente habilidad acercándose a las tropas con tal confianza soltura y
sangre fría, que admiraba a los militares europeos que por primera vez
observaban a aquellos hombres extraordinarios a caballo, cuyas excelentes
disposiciones para la guerra de guerrillas y de sorpresa tuvieron repetidas
ocasiones de comprobar. (...) Entre tanto los gauchos,
individualmente valientes tan diestros a caballo que igualan sino exceden a
cuanto se dice de los célebres mamelucos y de los famosos cosakos,
tuvieron en continua alarma al cuartel general y sus puestos avanzados,
sosteniendo diarios combate mas o menos empeñados”.
“Si el Teniente Coronel don Martín Güemes procede con el honor que
corresponde a su carácter, se abstendría se le hiciera saber las causas
que dieron motivo, no a ser confinado, sino a que marchara para esa
Capital a disposición de V. E., pues él no puede ignorarlas cuando su
propia conciencia le debe acusar de que su vida escandalosa ha sido
demasiado pública en Jujuy y después en esta Ciudad y la de Santiago del
Estero. [...] las virtudes y servicios
militares de este individuo, de que ha sido informado V. E., no son
tantas ni de tanto valor como se ponderan vulgarmente. Virtudes,
ciertamente, no se le han conocido jamás, y sus servicios han sido
manchados con ciertos excesos, o mejor diré delitos de que tengo
fundamentos muy graves para creerlos, aunque no documentados. Por lo
mismo considero que no podrá ser útil en este ejército, que trato de
depurarlo de toda corrupción a toda costa...Si vuestra excelencia
considera que este oficial, absteniéndose de su relajada conducta,
puede ser útil a la Patria, lo será tan solamente en esa ciudad o en el
Ejército de la Banda Oriental”.
- Belgrano sobre Güemes, Salta, 26 de febrero de 1813
“Sauces, 9 de junio.
Glosario:Carta de Belgrano, del 26 de abril de 1817, a Güemes (Parte I) |
- Descripción de los gauchos de Güemes por Andrés García Camba
Carta de Belgrano, del 26 de abril de 1817, a Güemes (Parte II) |
- Belgrano sobre Güemes, Salta, 26 de febrero de 1813
“Sauces, 9 de junio.
Mi
idolatrado compañero de mi corazón: acabo de recibir tu apreciable en
la que me dices que me vaya a La Candelaria, no lo hago con brevedad
por esperar alguna noticia de que se mueva el enemigo, por dos bomberos
que tengo uno en el camino del río Blanco y el otro en el Carril.
Ahora mismo he mandado a don Juan Rodríguez hasta donde está Gorriti a
que le diga que en el momento que haya algún movimiento me haga un
chasqui.
El principal
motivo de no irme es estar mi Luis muy enfermo con la garganta llena de
fuegos y con unas calenturas que vuela, hoy me he pasado llorando todo
el día de verlo tan malito. Ahora se me ha mejorado con una toma de
magnesia. Lo ha hecho vomitar y evacuar mucho, aunque ha quedado muy
caidito pero se le ha minorado la calentura. No creas que estas sean
disculpas por no irme, pregúntale a mi tío como está mi Luis; no tengas
cuidado de mí, estoy con seguridad.
Mi vida, mi cielo,
mi amor, por Dios cuídate mucho y no vas a estar descuidado. Mi rico,
cuándo será el día que tenga el gusto de verte y estrecharte en mis
brazos y darte un millón de besos en mi rica jetita; recibe un millón
de besos de tu rico Martín que cada día está más lleno de gracias y
picardías y de tu Luis, mil cariños.
Y el corazón más fino de tu afligida compañera que con ansias desea verte.
Tu Carmen
P.D. Expresiones de padre y hermanos”.
- De Carmen (su esposa) a Güemes, en una dramática situación durante la invasión de Ramírez Orozco en 1820
"[...] Güemes no fue solamente un héroe de la Emancipación, fue también un arquitecto de ese orden social más justo que anhelaba crear después que la revolución triunfara. Y esa arquitecturación suponía el enfrentamiento con las clases altas de Salta, esas encumbradas casas vascas de signo feudal que se sentían más ligadas al Alto Perú que a Buenos Aires, que lamentaban el hecho revolucionario porque les había cortado el pingüe negocio de las mulas y soñaban con el fin de la guerra para restablecer sus compadrazgos y sociedades con los pelucones de Oruro, la Paz, Cuzco y Lima.”
"[...] Güemes no fue solamente un héroe de la Emancipación, fue también un arquitecto de ese orden social más justo que anhelaba crear después que la revolución triunfara. Y esa arquitecturación suponía el enfrentamiento con las clases altas de Salta, esas encumbradas casas vascas de signo feudal que se sentían más ligadas al Alto Perú que a Buenos Aires, que lamentaban el hecho revolucionario porque les había cortado el pingüe negocio de las mulas y soñaban con el fin de la guerra para restablecer sus compadrazgos y sociedades con los pelucones de Oruro, la Paz, Cuzco y Lima.”
- Félix Luna
Aclaraciónes:
- Para leer las cartas adjuntas como imágenes hacer click en la imagen.
- Las cartas que no tienen fecha fue porque, a pesar de que se buscó, no aparecían.
- Vocinglerías: ruido de muchas voces.
Fuentes:
- http://www.elhistoriador.com.ar/biografias/g/guemes.php
- http://www.portaldesalta.gov.ar/romancero8.html
- http://www.institutoguemesiano.gov.ar/amistad.html
- http://www.bicentenario.culturasalta.gov.ar/index.php/documentos/27-cartas-manuel-belgrano
- De Miguel, M. E. (1999). Historias de Caudillos Argentinos. Buenos Aires: Editorial Taurus/Alfaguara
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